La Pareja.

¿Qué es la pareja? Sin lugar a dudas, es también una construcción humana, o más bien un intento de construcción humana. La pareja es una perfecta reciprocidad. ¿Perfecta? La consideramos perfecta mientras dura lo que la sustenta, su sentimiento base, el amor. Es éste el que le entrega su particularidad, en tanto es una construcción humana que requiere la creación de un lazo; pues entendemos la diferencia existente entre el amor en un “lazo amoroso” (el de la pareja), con el de un “lazo de amistad” (el “amor” hacia un amigo). Son diferentes intensidades, diferentes intenciones, es un posicionamiento psicológico distinto.


La pareja es una construcción humana paradójica, dado que en ella se da la dualidad libertad-prisión; en ella, en la pareja, materializamos nuestra máxima característica de ser libres, pues a la persona que elegimos, la elegimos con soberana libertad. Aquella elección es una fiel muestra de que somos soberanos en nuestra existencia. Se elige a una persona para compartir un pedazo de nuestra vida, que de cierta forma para algunos, los que tenemos una forma más romántica y apasionada de concebir el amor, intentamos que no sólo sea un trozo de nuestras vidas, sino más bien la vida entera. Bien, sabemos que puede ser un momento, pero nos negamos a esa posibilidad… allá nosotros.


Influenciado por Ortega y Gasset "Yo soy yo y mis circunstancias", pienso que elegimos al ingrediente de nuestras circunstancias que hará nuestra existencia más sabrosa. Se trata de fundir dicha circunstancia, la más sabrosa, con nuestro yo. No se puede, siempre será circunstancia al fin y al cabo, pero aún así se intenta. Es una circunstancia tan importante como el yo –como puede haber otras, pero insisto, ésta es la más sabrosa y la que tratamos de fundir con el yo, antes de crear al Yo–. No es cualquier circunstancia, y lo denota ese intento de hacerla parte del yo. Pues la tratamos de distinguir del resto, le damos un rol protagónico en nuestra existencia. Es en ese sentido en el que podemos hablar de prisión, pues es tan importante que gravitamos en su entorno, se vuelve una circunstancia determinante, pero porque nosotros, paradójicamente, con libertad así lo deseamos.


Se trata de una perfecta reciprocidad, por tanto es una gravitación mutua; ambos componentes de la pareja se buscan y se encuentran. No se trata pues de ser uno centro de gravitación y el otro órbita, que responde a esa gravitación girando en su entorno, se trata de una mutua gravitación. Es un constante ir y venir hacia el ser amado.


Es lo que diferencia al amor con el deseo. Una pareja no se sustenta con deseo si no hay amor. Hay que tener muy en claro la diferencia, la cual Ortega y Gasset la ensaya muy bien en su libro “Estudios Sobre el Amor”. Pues creemos que la pareja no es un momento, y es el deseo el que se basa en éste. Para que la pareja perdure, se necesita amor, no deseo. Por ejemplo, no se ama un alimento, se desea, pues después que se obtiene ese deseo se satisface, ya no necesitamos de él; la tarea está cumplida, lo obtuvimos. En el amor como dice el pensador español, existe un “eterno insatisfecho”. El amor, la pareja en definitiva, es movimiento, acción, es quebrar con la pasividad del querer ser centro, como en el deseo; nos la jugamos cuando amamos, abandonamos la pasividad; buscamos y encontramos, se desencuentra, mas aún se sigue buscando. Son los lazos momentáneos, los de una noche, los de un simple "ponceo" , los que se basan en el deseo.


Es un intento de construcción, donde sus partes ponen lo suyo para generar una relación perfecta. Es una obra de arte, donde se conjugan cada una de las particularidades de los amantes. Pueden llegar a ser particularidades muy divergentes. Un pintura en la cual pueden convivir dos estilos muy diferentes; complicado, pero que bello sería sí se logra. Un cuadro formado entre realismo y surrealismo. Lograr aquello es la más notable esencia del amar: aceptar las particularidades del otro, aunque muy diferentes sean de las nuestras. Pues normalmente las parejas se crean cuando percibimos en el otro elementos en los cuales nos sentimos identificados, o su particularidades no son tan distante a las nuestra. Así se piensa que se construye una pareja más fácil.


Pues colores de parejas, pueden haber muchos.



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